El 16 de Julio de 2020 nace Retro, un mono rhesus clonado que hoy por hoy tiene ya 3 años y es conocido por ser el primer mono clonado de esta especie que llega a la adultez. El hecho fue confirmado en la revista Nature Communications, en su publicación titulada: «Reprogramming mechanism dissection and trophoblast replacement application in monkey somatic cell nuclear transfer».
Sin embargo, este avance no ha llegado sin controversias, pues, la clonación no se está haciendo en arras a simplemente demostrar el potencial del ser humano. Sino que uno de sus principales enfoques es el tener siempre disponibles sujetos de prueba para observar los efectos de nuevos medicamentos y productos orientados a ser comercializados.
Un procedimiento bastante complicado
El hecho de que el mono haya alcanzado esta edad es lo que ha dado fe de que la clonación ha sido exitosa. Los investigadores explican que en los métodos de clonación convencionales, las tasas de nacidos vivos de la mayoría de las especies de mamíferos son extremadamente bajas, oscilando entre el 1% y el 3%, observándose tasas ligeramente superiores en los bovinos (5%-20%).
Afirman que el haber usado un método diferente, basado en la combinación de dos tratamientos, fue lo que les aseguró el nacimiento exitoso de un mono rhesus clonado sano que ha sobrevivido mucho más que el promedio.
Controversias al respecto
Aunque la idea de traer especies extintas de vuelta a nuestro mundo es sumamente atractiva, lo cierto es que no se puede ignorar el potencial que tiene este tipo de avances respecto a la gestación de centros en los que la crueldad animal sea el pan de cada día, partiendo de que los clones sean considerados meros sujetos de prueba.
Ante este dilema ético un portavoz de la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA) declaró:
«La RSPCA está profundamente preocupada por el elevado número de animales que experimentan sufrimiento y angustia en estos experimentos y por la baja tasa de éxito. Los primates son animales inteligentes y sensibles, no meras herramientas de investigación».
Por otro lado, en el campo científico, profesionales como el profesor Robin Lovell-Badge, del Instituto Francis Crick de Londres, que apoya firmemente la investigación con animales cuando los beneficios para los pacientes superan el sufrimiento de los animales, dijo al respecto:
«Tener animales con la misma composición genética reducirá una fuente de variación en los experimentos. Pero hay que preguntarse si realmente merece la pena».
Cada día aparecen nuevas tecnologías, nuevos hallazgos, nuevas soluciones, pero con ellas también vuelven los dilemas éticos a tocar la puerta… ¿Es correcto esto que estoy haciendo? ¿El fin justifica los medios? ¿Mi capacidad de razonar y crear me da potestad para experimentar de esta manera?
Todas estas preguntas son el centro de diversos debates que nos llevan a imaginar diferentes panoramas de cómo será nuestro futuro, algunos lo pintan con un tono sumamente pesimistas, mientras otros optan por una visión apegada a la esperanza, aquella que es conocida por ser la última en perderse.