Las cámaras de los móviles son cada vez más pequeñas, más ligeras, más potentes… Y están ejerciendo una influencia clave en el desarrollo de todo el sector fotográfico y del vídeo. A medida que nuestros smartphones introducen lentes más potentes, ligeras y pequeñas, las aplicaciones “fuera de los teléfonos” se multiplican y vuelven a influir en las lentes de los terminales móviles.
Algunos investigadores en Estados Unidos han puesto en marcha proyectos que reducen las cámaras a tamaños insignificantes: por ejemplo, Rambus Labs está desarrollando una cámara más pequeña que la punta de un lápiz (alrededor de 200 micras de espesor, para ser más precisos). La clave está en una modificación del diseño muy innovadora y sorprendente: la eliminación de la lente.
Otro gran avance en la tecnología de las cámaras que nos traerá el futuro son las cámaras ultra-planas, que de nuevo beneficiarían enormemente a las empresas de tecnología móvil. La Rice University de Houston (Texas, Estados Unidos) ha desarrollado ya la cámara FlatCam, que a pesar de tener un grosor de medio milímetro es capaz de generar imágenes de 512 x 512 píxeles. El dispositivo trabaja con un sensor de luz cubierto por una rejilla con numerosos agujeros que filtran diferentes tipos de luz, y un software específico que interpreta la información para generar la imagen.
Por mucho que los fabricantes intenten reducir el grosor de sus teléfonos, siempre hay un componente que va a determinar el grosor del cuerpo. No es otro que la cámara, ya que un conjunto de calidad está compuesto por una serie de elementos ópticos insalvables que necesitan un espacio mínimo para captar la escena correctamente. Pero todo eso podría cambiar. Los investigadores del Instituto de Tecnología de California han diseñado un chip de ópticas por fases que se encarga de utilizar las matemáticas para conseguir un enfoque sin lentes. Lo que hace es añadir un tiempo de latencia (de hasta un cuatrillón de segundo) a la luz que se recibe en las diferentes zonas del chip, algo que permite ajustar el enfoque sin necesidad de ninguna lente.
El Profesor Ali Hajimiri, explica que el chip es capaz de pasar a ser un ojo de pez a un teleobjetivo de manera instantánea, sólo con cambiar la manera en la que el chip recibe la luz. El principio es similar al que los sistemas de comunicaciones pueden enfocar y dirigir ondas de radio en una dirección particular, aunque al revés. En el 2014, el equipo ya enseñó algo similar, ya que quisieron demostrar cómo crear un pequeño proyector en el interior de un teléfono, aunque también hay otra aplicación que demuestra que podríamos convertir el teléfono en un escáner de objetos 3D muy potente.
Pero esta es la primera vez que se crea un conjunto de cámara sin lentes 2D capaz de capturar una imagen de baja resolución como sería un código de barras. La imagen en cuestión no es algo que llame especialmente la atención, y mucho menos se podrá comprar con lo que puede hacer tu iPhone, pero al ser una prueba del concepto, las expectativas con realmente buenas. Ahora mismo el chip está compuesto por una matriz de 8 x 8 con 64 sensores, y el próximo objetivo del equipo conseguir que la cámara pueda tener mejores captores, más sensibles y capaces de obtener imágenes de alta resolución.
Las cámaras de foto y vídeo pueden suponer un quebradero de cabeza por sus necesidades de energía, pero el futuro podría estar en aparatos capaces de cargarse utilizando redes WiFi.
No nos queda más que esperar y poder tener entre nuestras manos un smartphone con las nuevas cámaras y poder echarle imaginación a nuestras tomas.
Fuente: Tu experto móvil, Engadget