Esta es una historia breve, muy breve, necesariamente somera para entender el panorama de la historia de Internet
Internet ha revolucionado desde la informática y las comunicaciones hasta el total de nuestras vidas como ninguna otra cosa lo había hecho antes. La invención del telégrafo, el teléfono, la radio y la computadora sentó las bases para esta integración de funcionalidades sin precedentes. Internet es a la vez una herramienta, un mecanismo para diseminar conocimiento y un medio para la generación de sinergia y la interacción entre personas y sus computadoras, sin tener en cuenta su ubicación geográfica. Internet es el ejemplo representativo de los beneficios de una transformación y el desarrollo de la infraestructura de la información. Hoy en día, términos como «xxxxx@hotmail.com, «http://www.google.com», “la web” y “Facebook” entre muchos, se escuchan de cualquier persona de la calle.
Todo comenzó con ARPANET, el embrión de lo que hoy conocemos como Internet, y que fue una red de computadoras creada por encargo del Departamento de Defensa de los Estados Unidos (DOD) para utilizarla como medio de comunicación entre las diferentes instituciones académicas y estatales. Las investigaciones de hoy en día continúan ampliando el horizonte de la infraestructura junto con otras dimensiones. Pero quienes fueron los que predijeron todo este crecimiento y mejor aún, este nacimiento del internet, bien pues no solo en el área tecnológica sino también en el área literaria se predijo esto que hoy conocemos como Internet.
Ciencia ficción
La ciencia ficción es el caldo de cultivo perfecto para predicciones futuristas. Pero por poco que se lea este tipo de literatura uno llega a pensar que entre tantos y tan peregrinos vaticinios lo raro sería no acertar de vez en cuando. Y, sin embargo, estas predicciones sobre lo que está por venir no dejan de sorprendernos y fascinarnos. El primer ejemplo se remonta a 1726, mucho antes de la invención de la ciencia ficción. Se trata de Jonathan Swift, que en Los viajes de Gulliver describió dos satélites de Marte, un descubrimiento, el de Fobos y Deimos, que no sería confirmado hasta 1877. Ahora bien, la ciencia ficción está tan vinculada a las predicciones tecnológicas que Hugo Gernsback, creador del término «ciencia ficción», describió con detalle el radar antes de que fuera inventado en la novela de 1911 Ralph 124C 41+.
Aunque el trono indiscutible de los visionarios tecnológicos se lo ha ganado justamente, con decenas de predicciones cumplidas, Julio Verne, que en propiedad no debería ser considerado escritor de ciencia ficción ‒o por lo menos eso pensaba él mismo‒.
Muchos han visto también una anticipación a Internet en la red mundial de comunicaciones que aparece en París en el siglo XX, una novela que curiosamente permaneció inédita hasta que el bisnieto de Verne la encontró en 1989 y fue publicada en 1994. Aunque el moderno Internet, tal y como lo conocemos, no fue anticipado hasta la tardía fecha de 1990. Ese año el escritor David Brin publicó una novela titulada Tierra en la que se describe un sistema de streaming de vídeo y audio y un sistema de hipertextos a través de enlaces.
Si Verne tiene la medalla de oro de los escritores visionarios, en lo que respecta a Asimov merece sin duda la de plata. Pero claro, Asimov hizo tantos pronósticos que era inevitable acertar en algunos. En los artículos recogidos entre 1974 y 1980 en ¡Cambio!, 71 visión de futuro Asimov especula sobre la manera en la que puede cambiar el mundo. Anuncia el uso de Internet ‒también‒, las videoconferencias, las bibliotecas digitales o el dinero electrónico.
Historia literaria
Kohan, autor de las novelas «Fuera de lugar», «Ciencias morales» y «Bahía Blanca» sostiene que «la imaginación de Borges, su figuración de libros incesantes y bibliotecas infinitas, anticipó Internet de manera asombrosa. Me parece incluso que anticipó una versión mejorada, porque la asoció con el azar y con el destino, más que con el divagar y el desperdicio de tiempo que tantas veces nos ocasiona».
La idea de que Borges anticipó Internet -planteada por diversos pensadores como Umberto Eco– es desarrollada en el libro «Borges 2.0: From Text to Virtual Worlds» (Borges 2.0: del texto a los mundos virtuales), donde la académica Perla Sassón-Henry explora la relación de sitios como Wikipedia, Youtube y los blogs con ciertos cuentos del autor de «Ficciones».
En ese libro, la académica establece una serie de contactos entre los cuentos «El jardín de senderos que se bifurcan» y «La biblioteca de Babel», publicados en 1941, y la narrativa hipertextual que propone Internet, así como con la obra «The Interloper», donde la artista estadounidense Natalie Bookchin convierte en videojuego el cuento «La intrusa» (1970).
En la misma línea, el libro «Cy-Borges. Memories of the Posthuman in the Work of Jorge Luis Borges», editado por los académicos Stefan Herbrechter e Ivan Callus en los Estados Unidos, reúne una serie de ensayos sobre la anticipación en la obra del escritor argentino sobre el posthumanismo, concepto filosófico utilizado en el campo de la ciencia ficción.
Por eso, tal vez no sea casual que «Labyrinths» (1962), una antología estadounidense que reúne obras de Borges en inglés con prólogo de André Maurois -de la Academia Francesa de la Lengua-, haya tenido una reedición en 2008 con palabras introductorias de William Gibson, el escritor de ciencia ficción que acuñó el término «ciberespacio».
La otra historia
En su libro The Victorian Internet: The Remarkable Story of the Telegraph and the Nineteenth Century’s On-Line Pioneers (Walker & Company, 1998), el periodista y escritor británico Tom Standage plantea la sugerente tesis de que la gran revolución no comenzó a finales del siglo XX con Internet, sino más de una centuria antes con el telégrafo.
El telégrafo fue el inicio del camino en el cableado del mundo, el código Morse fue la gran innovación de su época; en lugar de emplear un telégrafo alfabético que requería varios hilos, como el inventado por Cooke y Wheatstone, el sistema de puntos y rayas de Morse permitía utilizar sólo un cable entre las estaciones, lo que reducía el coste de construcción y permitía una expansión más rápida.
Licklider y la red intergalática
Además de Morse, otro personaje clave fue Cyrus Field, el financiero que “reconoció el poder del telégrafo para conectar el mundo”. Esta visión de un mundo globalmente conectado sería primordial después para el desarrollo de Internet, y quien la trajo a la era de la tecnología actual fue Joseph Carl Robnett Licklider (11 de marzo de 1915 – 26 de junio de 1990), primer director de la Oficina de Técnicas de Procesamiento de Información de DARPA (antes ARPA). “J. C. R. Licklider promovió la idea de una red ‘intergaláctica’ de computadoras mucho antes del trabajo en ARPANET”, Vint Cerf. “Fue un gran proponente del proyecto ARPANET y más tarde del proyecto de Internet”.
La Información es justamente la segundo materia prima de Internet, tomando en cuenta que la primera es la tecnología. Y podemos mencionar que en este campo existió también un pionero visionario, muy anterior no sólo a cualquier sospecha de una red de computadoras, sino incluso a los propias computadoras digitales. Vannevar Bush (11 de marzo de 1890 – 28 de junio de 1974) dirigió la Oficina de Investigación Científica y Desarrollo del gobierno de EEUU durante la Segunda Guerra Mundial.
En los años 30, Bush tuvo la visión del Memex, “un dispositivo en el que un individuo almacena todos sus libros, registros y comunicaciones, y que está mecanizado de modo que pueda consultarse con gran velocidad y flexibilidad”,
Bush concebía su Memex como una especie de memoria aumentada. El aparato, que nunca se construyó, debía ser un escritorio con pantallas para proyectar los microfilms, un teclado y diversos botones y palancas. Pero sobre todo, la principal innovación propuesta por el ingeniero consistía en la manera de acceder a la información. En lugar de utilizar índices al estilo tradicional, el Memex funcionaría por asociación de ideas, llevando al usuario de unos documentos a otros en función de su contenido y dibujando así un rastro de lo que hoy llamaríamos navegación.
Es por ello que las investigaciones de Bush serian un precursor de las ideas que llevarían a la creación de los enlaces de hipertexto y la navegación web
Pero la lista de los pioneros no acaba aquí, ni mucho menos. Tenemos a Paul Baran, Leonard Kleinrock, Donald Davies, Robert Kahn, Stephen Crocker, Louis Pouzin… Todos ellos aportaron contribuciones cruciales para que las computadoras puedan comunicarse y entenderse entre ellos en una red global que hoy no sólo cubre todo el planeta, sino que ya se ha extendido también al único asentamiento humano permanente fuera de la Tierra, la Estación Espacial Internacional; el primer paso de lo que la NASA ha denominado la “Internet del Sistema Solar”. Un monstruo, en el mejor sentido de la palabra, con muchas cabezas, todas ellas geniales y visionarias.
Fuente: openmind, lapiedradesisifo, telam
Excelente video de Asimov
Gracias Juan Manuel