George Hilliard es un ingeniero de sistemas embebidos especializado en integrar componentes en dispositivos diminutos, trabajo que le ha permitido desarrollar una tarjeta de visita muy especial.
Esa tarjeta de visita cuenta con los componentes necesarios para convertirse en un PC cuando lo necesites; permite iniciar el ordenador con una sesión de Linux, que aparece como una unidad flash a través de USB. Viene con un puerto serie virtual para iniciar sesión. La tarjeta contiene un fichero README y juegos de UNIX, así como el CV del ingeniero junto con algunas fotografías.
Un microordenador de 3 dólares.
Posee un procesador ARM y un chip flash de 8 MB, en donde una parte está ocupado por el gestor de arranque, kernel y el sistema de ficheros raíz. El resto está dedicado al usuario, para que almacene sus propios ficheros.
Cuenta con ciertas limitaciones que vienen con el tamaño y costo, como el reducido espacio y la falta de puertos de entrada y salida para red.
Si desean crear su propia tarjeta, Hilliard también ofrece en su blog los esquemas y códigos fuente de su tarjeta de visita, para que la gente pueda crear la suya.
Componentes baratos pero funcionales.
La tarea comenzó eligiendo el procesador, un chip de Allwinner llamado F1C100 que incluye tanto la RAM como la CPU y que compró a través de Taobao. Los PCBs los consiguió también baratos: 10 de ellos por 8 dólares a través del servicio JCL.
Su trabajo le da acceso a herramientas clave para lograr el resultado: usó por ejemplo un horno especial para integrar todos los componentes y también una herramienta de recorte láser que tuvo que utilizar con precisión para lograr el resultado adecuado, por ejemplo los pines del procesador funcionaran correctamente.
De igual manera, el hecho de que se las ingeniase para soldar y colocar los componentes a mano en un proceso en el que no usó plomo y que por tanto se ajustaba a la directiva europea RoHS de restricción de sustancias peligrosas en aparatos electrónicos.
El resultado final es sorprendente, aunque obviamente tenga algunas limitaciones importantes, la capacidad de iniciar una sesión de consola Linux y disfrutar del clásico juego de dragones y mazmorras ‘rogue’ o de usar un pequeño intérprete de Python es realmente llamativo.