Edward Snowden, el experto informático que destapó los secretos de una masiva vigilancia sin control en EE.UU. en su último libro revela detalles de su trayecto por las agencias de inteligencia.
Edward Snowden reveló en 2013 un esquema masivo de espionaje por parte de EE.UU., en su último libro, compila las memorias de su trabajo con las agencias de inteligencia estadounidenses hasta su exilio en Rusia.
En 2013 filtró varios documentos clasificados de la CIA y la NSA que revelaban cómo el gobierno de Estados Unidos accedía ilegalmente a los datos y a las conversaciones privadas de millones de personas de todo el mundo. Ahora, desde el exilio, publica su autobiografía “Permanent Record” ‘Vigilancia permanente‘.
El Cubo de Rubik
Durante las noches y durante varios meses, Edward Snowden aparentaba trabajar horas extras. Lo que en realidad hacia el el analista de inteligencia en la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) era copiar documentos confidenciales de los servidores de la entidad a una memoria SD, que luego escondía en un cubo Rubik.
«En mi punto más paranoico, coloqué la tarjeta en la parte interna de mi mejilla, para poder tragarla de ser necesario», también utilicé mis calcetines para robar los datos secretos.”
Una tarea arriesgada
Trabaja en una de las instituciones más seguras del planeta, encargada de vigilar a criminales y terroristas. Si lo descubrían, podía pasar el resto de su vida en prisión.
A pesar del riesgo, estaba dispuesto a asumirlo. Luego de siete años de trabajar en centrales de inteligencia, había descubierto que el Gobierno de Estados Unidos tenía acceso casi ilimitado a los datos y a las comunicaciones privadas de millones de personas en el mundo. Él por sus propios ojos había visto cómo recolectaban la información de llamadas telefónicas, e-mails, conversaciones de Facebook y hasta videos o audios grabados sin autorización por computadores o celulares.
Vigilancia íntima
Snowden dejó en claro que sus excompañeros de la NSA tenían acceso libre a toda clase de información privada de los ciudadanos gracias a una poderosa herramienta llamada XKEYSCORE.
Snowden asegura que el personal de la agencia a menudo robaba fotografías y videos íntimos para usarlos como «una especie de moneda informal en la oficina». Señalo que otro de los usos de la herramienta era lo que denominó LOVEINT: espiar a los propios novios, esposos, amantes o parejas potenciales, sabía quienes y a que hora, los usuarios de la red entraban a ver porno.
Indignado, y luego de pensarlo por mucho tiempo, decidió tomar varios documentos que demostraban tales abusos de agencias como el NSA y la CIA para filtrarlos a periodistas de todo el mundo.
Nada sencillo, teniendo en cuenta que trabajaba en El Túnel, una antigua base secreta de la Segunda Guerra Mundial ubicada en Hawái, que la NSA había adaptado como una de sus sedes. Una dependencia llena de cámaras, detectores de metales y reglas estrictas, como la de entrar sin smartphones.
La idea del cubo Rubik.
La memoria SD cabía perfectamente en el hueco que quedaba al levantar uno de los cuadros de colores del dispositivo, así que él simplemente la escondía ahí, la tapaba y luego salía por la puerta. Como los guardias sabían de su afición por armar los cubos, nunca se molestaban por revisarlos. Así, poco a poco logró sacar los documentos que en junio de 2013 le dieron la vuelta al mundo.
Snowden escribió el libro en Rusia –donde vive desde hace seis años–, publicada en Colombia por la editorial Planeta. En el texto hace un recuento de su vida y de las razones que lo llevaron a convertirse primero en un hacker espía y luego en un soplón.
Conflicto mental
Le tomó un tiempo pasar de esas dudas personales a decidir filtrar información confidencial de la agencia. Pero finalmente decidió arriesgarse y dejó un trabajo estable, un buen sueldo, una casa en Hawái y a su novia de toda la vida por un futuro incierto.
Con los datos en sus manos, y luego de contactar a unos pocos periodistas que había investigado en secreto, viajó a Hong Kong y les entregó la información. Cuando The Guardian, el Washington Post y otros medios publicaron los documentos, el mundo quedó horrorizado.
Snowden, no satisfecho con esto, decide revelar su identidad y explicar por qué había decidido hacerlo. Si bien muchos lo consideraron un héroe, otros lo vieron como un criminal, y el Gobierno de Estados Unidos lo pidió en extradición. Finalmente, y después de un largo viaje en diferentes países, pensaba llegar a Ecuador para solicitar asilo, terminó exiliado en Rusia, donde vive hoy.
Muy posiblemente seguirá viviendo en Rusia hasta su muerte, ya que en su país muchos lo consideran un traidor. El Gobierno incluso demandó a las editoriales de su nuevo libro por romper los protocolos de confidencialidad. Él, sin embargo, está convencido de que hizo lo correcto: “Antes trabajaba para el Gobierno, pero ahora trabajo para el pueblo. Y tardé casi 30 años en reconocer que había una diferencia”.