Los recientes conflictos bélicos y las amenazas de guerra han echo resonar la palabra apocalipsis entre grupos de conspiranoicos y personas de distintas religiones, quienes han argumentado que el final de la humanidad se acerca y no solo por cuestiones bélicas sino también por los acontecimientos naturales que han estado sucediendo e incrementándose cada día más.
Si esto llegase a suceder, los posibles panoramas de terror serán imposibles de comprender; Zonas extensas devastadas y convertidas en zona cero, y sin duda todo esto acompañado por una estela de hambre, radiación y por ende la destrucción del clima. Podría ser la trama de una película de Hollywood, pero desafortunadamente no es así.
Este panorama forma parte de una simulación desarrollada por un equipo de investigadores de Rutgers con el objetivo de estudiar el impacto que tendría una guerra nuclear en la actualidad, siendo este un escenario que no necesariamente requeriría ser provocado por la disputa entre dos superpotencias.
En ese sentido, los científicos tomaron como ejemplo el conflicto geopolítico que ocurre en la región de Cachemira entre India y Pakistán.
Dijeron que, si se ocurriera el lanzamiento de un arma nuclear como una medida de ataque de un país a otro, esto no solo mataría una gran cantidad de personas en el punto objetivo y sus alrededores, sino que el daño colateral pondría en riesgo el clima mundial y la vida de mas de 5 mil millones de personas a consecuencia del hollín generado por la explosión.
Viéndolo desde el panorama que se vice actualmente a nivel mundial esto no es nada exagerado.
El hollín y los restos de combustión generados por la detonación de una bomba nuclear serian suficientes para cubrir parcial o totalmente el planeta, de acuerdo a los resultados arrojados.

Esto provocaría una aceleración del enfriamiento global y un descenso en la actividad agrícola entre un 7 a 90 por ciento, en función de la magnitud que tenga el conflicto nuclear. Por tanto, una guerra nuclear entre India y Pakistán podría tener el potencial de liberar en la atmosfera alrededor de 5 a 47 millones de toneladas de hollín.
Cuando se recrea este escenario entre Estados Unidos y Rusia luce peor, donde la producción de hollín podría alcanzar los 150 millones de toneladas, un hecho que provocaría un descenso del 90% en la producción de alimentos.
Pese a las consecuencias que esta hipotética guerra nuclear pueda generar, los investigadores señalan que la simulación ha sido hecha a partir de muchas simplificaciones y presunciones en torno a la manera en que responderían las cadenas mundiales de suministro de alimentos durante esta catástrofe.
Así también, habrá regiones a quienes esta situación les afectará en menor medida, siendo Australia la que mejores posibilidades tendrá de salir airosa, de acuerdo al mapa de predicción de la devastación.