Todo parecía que habían quedado guardadas en el cajón de los recuerdos, Google ha anunciado el retorno y puesta a la venta de las gafas de realidad aumentada por 1.550 euros. Eso sí: dirigidas al mundo empresarial.
Hoy sabemos que las famosas gafas no estaban muertas (ni de parranda). Durante el último año y medio Google y varios socios y distribuidores han desarrollado pruebas junto a varias compañías de todo el mundo para tratar de encontrar usos en el mercado empresarial.
Las Google Glass están de vuelta, a pesar de haber pasado varios meses alejadas del primer plano de la actualidad. El trabajo de desarrollo del ‘wearable’ de realidad aumentada del gigante tecnológico ha continuado y culminado con la puesta a la venta de una versión mejorada y dirigida al mundo empresarial. Su nombre es Glass Enterprise, e incluye entre sus ‘partners’ a la empresa española Streye, la única del país y una de las dos europeas que han sido autorizadas para su distribución.
Información sobre estas pruebas se ha filtrado de manera puntual, aunque sin detalles precisos. Las gafas ya no dependen del departamento de investigación y desarrollo de la compañía, sino que han pasado a formar parte del mismo equipo responsable de los dispositivos Nest.
La compañía española, especializada en las soluciones tecnológicas y con una oficina también en Hong Kong, comenzó en secreto el desarrollo de ‘software’ para las Google Glass a finales de 2015, invitada por la propia Google.
El ‘software’ que incorpora Glass Enterprise permite a sus usuarios retransmitir audio y vídeo en directo a través de ‘streaming’, gestionar protocolos y procesos de trabajo, y administrar alertas geolocalizadas en tiempo real.
Grandes empresas, como Boeing, las usan en ciertas divisiones desde hace meses. En cadenas de producción y montaje, o labores de peritaje y control de inventario tener una pantalla donde consultar información al mismo tiempo que se trabaja con las manos puede ahorrar mucho tiempo y aumentar la productividad.
Las gafas no son las mismas que las que se podían adquirir en la versión «explorador«. Tienen mejor procesador, más memoria, un diseño que permite plegar las patillas como en las gafas convencionales (al plegarlas se apagan) y un prisma de cristal (la superficie donde se proyecta la imagen que el usuario ve flotando en su campo de visión) de mayor tamaño. En general, son más cómodas e incorporan innovaciones de diseño que simplifican mucho el uso, como un cable de carga magnético.
Características y funcionamiento
La evolución de Google Glass desde sus primeros desarrollos también se ha trasladado al apartado del ‘hardware’, que continúa siendo labor exclusiva del gigante tecnológico estadounidense. Así, Glass Enterprise sucede a las iniciales Glass Explorer presentando características como una patilla inteligente que ahora es capaz de separarse de la montura para acoplarse a otros tipos de gafas. Otra de sus grandes novedades de apariencia es su capacidad de doblarse para que las Glass Enterprise puedan ser guardadas en una funda como las lentes convencionales.
Su manejo se sigue basando en un prisma que proyecta la imagen de la pantalla frente al ojo derecho del usuario y unos controles que se realizan tanto con la voz como de manera táctil sobre la patilla inteligente. El nuevo ‘wearable’ incorpora sendas mejoras en el módulo Bluetooth y el receptor de WiFi, añade un barómetro, un procesador Intel de gama alta y una luz LED que se ilumina cuando la cámara está funcionando, para alertar tanto al usuario como a las personas que están frente a él.
Concretamente, Glass Enterprise ofrecen 2 GB de memoria RAM y 32 GB de almacenamiento interno compatibles con un servicio de ‘cloud’ que ofrece la propia Streye. Su cámara presenta una resolución de cinco megapíxeles y su batería de 780 mAh garantiza una autonomía «de hasta 90 minutos de ‘streaming'».
Precio
Las Glass Enterprise comercializadas por Streye presentan una doble versión para consumidor y para profesional; la primera de ellas recoge aplicaciones básicas de toma de fotos, grabación de vídeos y ‘streamings’, a un precio de 1.550 euros, mientras la segunda ofrece por mil euros más una licencia de por vida de un paquete de aplicaciones para ser utilizadas por cinco usuarios en el ámbito laboral.
La empresa que elaborara el dispositivo a partir de ahora, se centrará únicamente en fabricar el dispositivo, pero serán los distribuidores los encargados de darle vida con software propio y adaptado a las necesidades de cada empresa. El precio final no depende de Google, por tanto, sino de ellos.