De acuerdo a las investigaciones realizadas por la NASA, hoy se sabe que el esperma actúa de forma extraña estando en el espacio, así que saber qué ocurre con la fertilidad en el espacio es importante para futuras misiones espaciales de larga duración.
Un experimento realizado por la NASA, con esperma de ratones ha permitido aclarar dudas tras estar congelado y almacenado en la Estación Espacial Internacional durante seis años. De dichos espermas espaciales han nacido pequeños cachorros en la Tierra, y todos están saludables.
Ratoncitos espaciales tan sanos como los terrestres
No hay respuestas claras sobre la fertilidad espacial: que una mujer se quede embarazada en el espacio genera dudas sobre si las condiciones allí sería favorable o no y que tanto afectaría al feto, esta investigación es muy importante de cara a futuras misiones en las que los seres humanos puedan pasar largas temporadas en el espacio.
Para averiguar sobre este asunto un grupo de investigadores hizo que se tomaran muestras de esperma de ratones para luego guardarlo en recipientes sellados que se congelaron.
Parte del material fue enviado a la ISS y parte se quedó en la Tierra, las muestras que se enviaron al espacio permanecieron casi seis años en la ISS para luego volver a nuestro planeta.
Después de que el material espermático que se lanzo al espacio fue traído de nuevo a la tierra se utilizo para inseminar a ratones y los cachorros que nacieron fueron saludables. Los expertos revelaron que los cachorros «no mostraron diferencias comparados con los cachorros de control de la Tierra».
Este proyecto da pie al envío de otros tipos de esperma al espacio para futuras misiones ya que mantener una población saludable en misiones a largo plazo requiere que haya diversidad. De hecho los expertos apuntan a que este descubrimiento es importante para salvaguardar y preservar material genético fuera de nuestro planeta, dicho con otras palabras, este experimento sirve para salvaguardar la vida humana.