En la teoría tiene sentido, cambiar filetes por insectos reduciría bastante los gases de efecto invernadero. Sin embargo, en occidente esta práctica no es tan común, además, las formas propias de los activistas solo suman desagrado en la población en cuanto a adoptar estos patrones alimenticios.
«Viajan en jets privados, se hospedan en los mejores hoteles, comen los mejores platillos pero quieren que vayamos en bicicleta, no comamos carne y para colmo comamos grillos en su lugar, vaya completos hipócritas». Sentencian no pocos internautas.
Está claro que la falta de coherencia con su discurso, por parte de múltiples activistas, hace que estas medidas sean peor recibidas. ¿Tendrá éxito esta medida al corto, mediano y largo plazo?
¿Por qué toda esta campaña contra el consumo de carne?
Resulta que cerca de un cuarto de las emisiones de gases de efecto invernadero son producidas por la industria encargada de la producción de carne y lácteos. Las flatulencias y eructos de las vacas contienen metano, un gas de efecto invernadero bastante fuerte. Aparte de esto, mientras más aumenta la demanda, más bosques son devastados para cultivar pasto y soja.
Simplemente optar por una dieta vegana tampoco sería del todo viable considerando que habría que seguir devastando bosques, acabando con las abejas y dejando contra la espada y la pared a buena parte de la población ante los altos costos que puede llegar a acarrear este tipo de dieta, de forma que sea medianamente decente.
¿Obligados a comer insectos?
El 24 de enero de 2023 la Unión Europea aprobó la venta de larvas de gusano en polvo, en pasta, deshidratadas y congeladas, además de grillos en polvo parcialmente desgrasados. Sin embargo, esto no vino junto a una prohibición de la venta de productos cárnicos. La medida busca reducir el consumo de los mismos, al ofrecer otra opción.
No obstante, a pesar de que países como México, Tailandia, Egipto, China, India y Marruecos, poseen insectos entre los ingredientes de varias de sus recetas, el consumo de estos alimentos sigue siendo una opción asquerosa y hasta ofensiva para muchos ciudadanos que no están acostumbrados.
En un tweet la Comisión Europea aseguró que nadie estaría obligado a comer insectos, no obstante, la reacción general parece no haberse aplacado del todo. Incluso Giorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia desde octubre de 2022, ha tomado medidas que incluyen el etiquetado obligatorio de los productos, de manera que los ciudadanos estén bien informados de si los productos que consumen tienen ingredientes que incluyan insectos.
Además, sentenció que Italia será la primera nación del mundo en prohibir la producción, importación y comercialización de alimentos sintéticos. Esto después de recoger las opiniones de múltiples comunas italianas y que las mismas se mostraran a favor de la medida.