Analistas comentan el porque de esta compra: Facebook no quiere a Giphy por los GIFs, sino porque con ese servicio ganan control sobre un elemento que es ya parte integral de muchas redes sociales como Twitter o aplicaciones de mensajería que compiten con WhatsApp y Facebook Messenger. La recolección de datos vuelve a reabrir el debate sobre Facebook y la privacidad.
Una adquisición inquietante
Fue una gran sorpresa la compra de Giphy por parte de Facebook, y a diferencia de otras operaciones anteriores, la estrategia de Facebook aquí no es la de «deshacerse de un competidor», sino lograr el control de un servicio transversal que muchas redes sociales y aplicaciones de mensajería utilizan como parte natural de esas vías de comunicación.
Mike Isaac, del New York Times, hacía un resumen muy claro de ese valor estratégico: Giphy está embebido en muchos servicios muy populares, decía, y el SDK hace obligatorio que quien lo usa comunique su identificador de dispositivo.
Esta adquisición es similar a la del servicio de analítica de datos Onavo, con el que detectaron que las tasas de envío de mensajes en WhatsApp amenazaban a su propio servicio de mensajería hace años.
Este servicio les permitía detectar tendencias de mercado y reaccionar rápidamente, y la empresa de Zuckerberg acabó comprándola en octubre de 2013 por 200 millones de dólares. Cinco meses después compraban WhatsApp por 19.000 millones y el resto, como suele decirse, es historia.
Como en ese otro caso, Giphy le proporciona a Facebook otro importante recurso más no ya para recolectar datos, sino para detectar tendencias en todo tipo de mercados y poder reaccionar a todas ellas.
Giphy como caballo de Troya para infiltrarse en la competencia
El anuncio de la adquisición ha levantado suspicacias entre quienes ya estaban preocupados por la recolección de datos de Facebook. Como señalaban en OneZero, esta adquisición permitirá que la empresa «tenga acceso a vastas cantidades de datos sobre cómo se usan los GIFs en miles de aplicaciones».
Este servicio tiene 300 millones de usuarios activos, y de lo que no se dan cuenta dichos usuarios es que cada vez que buscan un GIF o lo envían se genera una «baliza» que permite a esa empresa hacer el seguimiento de cómo y dónde se comparte ese GIF, además del estado de ánimo asociado a ese mensaje.
El movimiento de Facebook no es del todo nuevo: Google ya compró a su competidora, Tenor, en 2018, y la plataforma forma parte de su teclado de Android, Gboard.
El impacto para el resto de servicios es claro: Facebook logra con esta operación conocer el comportamiento de los usuarios en aplicaciones que no controla, y esa recolección de datos con aspectos como el estado de ánimo podría perfilar aún más su plataforma publicitaria.
De momento pocas de esas plataformas han indicado si realizarán cambios a raíz de esa compra, pero la integración de Giphy en plataformas de mensajería plantea una situación singular para empresas como Apple, que lo integra en iMessage, o Twitter, donde este servicio se utiliza de manera masiva.
Sarah Frier, periodista de Bloomberg, indicaba que Facebook sabe por ejemplo qué GIFs se utilizan en WhatsApp y con qué frecuencia, aunque desde la empresa se indicaba —algo habitual— que los datos son anónimos y no identificables de forma individual.
Giphy seguirá operando de forma independiente y todas las empresas que lo utilizaban o quieran utilizar el servicio seguirán teniendo acceso a su catálogo de GIFs y a su API, pero como indican en Wired, esto le da a Facebook «una nueva ventana» con la que observar a sus competidores.
«Bloquear» la recolección es posible: Así lo hacen en Signal
Expertos en ciberseguridad como Moxie Marlinspike —creador del protocolo y la aplicación de mensajería cifrada Signal— han querido aclarar que al menos en su caso existen varias medidas para proteger la privacidad de los usuarios.
Así, indicaba este desarrollador, la idea es la de evitar que quienes proporcionan los algoritmos para búsqueda de GIFs no puedan recolectar datos de los usuarios.
Para hacerlo utilizan conexiones TLS que provocan que los servidores de Signal nunca «vean» el texto plano de lo que se transmite o recibe, y Giphy tampoco puede saber quién hizo la petición de cierto GIF con cierto término de búsqueda.
Algunas empresas ya han realizado algunos comentarios sobre las sospechas que eso puede generar en el futuro uso de sus servicios. Slack, por ejemplo, indicaba en The Verge que Giphy «no recibe ningún dato sobre los usuarios o las empresas que usan Giphy en su integración en Slack», y algo similar indicaban en Telegram, cuyos portavoces aseguraban que no se comparten esos datos y que están preparando la transición que permita prescindir del servicio.
Será interesante ver cómo reaccionan servicios como Twitter, iMessage, Reddit, Slack o TikTok, servicios y redes sociales masivas con cientos de millones de usuarios que ahora se exponen a meter en casa ese caballo de Troya que plantea ahora Facebook con esa operación.
Fuente: Xataka