Este jueves 17 de marzo se probará el gigantesco Space Launch System (SLS) de la NASA. 10 años después, llega SLS, el sucesor del Transbordador espacial, listo para encender sus motores. La NASA ya hace preparativos para este lanzamiento en el Kennedy Space Center de Florida. Un primer paso para lo que serán las futuras misiones Artemis 1, que llevará la nave Orion alrededor de la Luna y de Artemis 2, que para 2024 tiene previsto poner a la primera mujer en la superficie lunar.
Las dimensiones del SLS son impresionantes. Más de 111 metros de altura y un peso de 130 toneladas. Para hacernos una idea, el cohete de la NASA es más alto que la Estatua de la Libertad. Pero algo que es más grande que su tamaño, es el presupuesto que la NASA ha invertido en este sistema de lanzamiento, más del doble de lo que se calculaba inicialmente
Cada misión Artemis tiene un coste descomunal
En el primer lanzamiento se pretende comprobar que el sistema funciona y está preparado para poder despegar sin problemas. Esto será el final de la viabilidad de un proyecto cuyo presupuesto ha sido motivo de debate. Hace unos cinco años, los costes de una única misión se pensaba que estarían alrededor de los 1.500 millones de dólares. Pero recientemente el inspector de la NASA, el General Paul Martin, ha descrito que el lanzamiento de cada misión Artemis tendrá un coste de 4.100 millones de dólares.
Con esto sabemos que ir a la luna no sale barato. Y es que desde la propia NASA describen que es “un precio que nos parece insostenible”. 2.200 millones para construir el cohete SLS; 568 millones de dólares para la plataforma terrestre que ya solo le quedan dos niveles por colocar; 1.000 millones para la nave Orion y 300 millones para la Agencia Espacial Europea por el módulo para la nave Orion. Es una cantidad enorme, que ni siquiera tiene en cuenta el elevado coste en investigación que lleva la NASA invirtiendo durante los últimos 10 años para la creación de este sistema lunar.
El coste de operar el SLS es tan alto que se ha llegado a decir que “puede poner en peligro todo el programa de vuelos del espacio profundo de la NASA”. Esta semana se prevé que se ponga en marcha de nuevo el cohete que debería volver a colocar a la NASA en lo alto de la carrera espacial, por lo menos a lo que se refiere a volver a un satélite, la Luna, que hace décadas que no recibe visitas.
El sistema SLS y la nave Orion necesita una prueba de ensayo húmedo para asegurar que está listo para el despegue. Esto se realizará el mismo día del lanzamiento. El lanzamiento ya se ha retrasado múltiples veces en el pasado debido a problemas técnicos y otros factores de programación, por lo que no se descarta que de nuevo sea retrasado el primer ensayo. En esta ocasión, desde la NASA están realizando múltiples campañas promocionales y han contactado con medios para describir su funcionamiento, indicación de que sí parecen tener esperanza en que el test se producirá y logrará tener éxito.
Este próximo jueves el SLS activará y pondrán en marcha todos los protocolos, pero el cohete no despegará del suelo. Si todo sale bien, se pasará a la siguiente fase que se espera para al menos junio, donde se podría realizar el primer vuelo. De completarse esa fase, se dará vía libre para la realización de la misión Artemis 1, en la que el cohete despegará sin tripulación junto a la nave Orion y se realizará un viaje de 26 días alrededor de la Luna.
El ensayo implicará un viaje de 6,5 kilómetros entre el edificio de ensamblaje de vehículos y la plataforma de lanzamiento. Un test que durará entre seis y 12 horas y podrá ser visto a través de cámaras estáticas en el canal de la NASA, a partir de las 4 pm ET o 14.00h, hora México.