
Lo bueno nunca muere, reza una frase muy popular. Windows 95 es un perfecto ejemplo de ello, y aunque su cuota de usuario es prácticamente inexistente, se ha convertido en ese típico elemento insustituible en ciertos sistemas heredados («legacy»).
Un conductor de trenes en Suecia cuenta cómo en su oficina siguen trabajando con Windows 95. Este sistema operativo sigue siendo uno de los pilares de algunos trenes que la compañía administra, que por ejemplo hacen uso de una pantalla táctil basada en este sistema operativo con la que controlan todo el sistema.
Si funciona, no lo toques

Thomas Tydal, desarrollador software en su propia empresa, profesor y conductor de trenes —un currículo singular, desde luego— contaba cómo en «una de mis oficinas» en Suecia sigue usando Windows 95. Al hacerlo mostraba un singular despacho que no es fácil situar.
Al dar más detalles menciona cómo una de las pantallas de esa oficina es táctil en la que precisamente, explicaba, todo funciona gracias a Windows 95.
Pero eso no era suficiente para explicar dónde estaba su oficina y por qué estaban utilizando Windows 95 a estas alturas. Todo quedó un poco más claro cuando mostró una foto del exterior de sus oficinas en la que aparecían los trenes de Bergslagen, una región en el norte de Suecia.
Como explicaba Tydal, aunque los sistemas de algunos de esos trenes fueron actualizados a Windows Xp, «la mayoría de ellos siguen funcionando con Windows 95 igual que cuando se entregaron en 2000. En aquel momento Windows 95 era todo un cambio comparado con los viejos trenes que operábamos en aquel momento», y que como recuerda tenían una cabina de mandos mucho menos moderna:
Y no es el único ejemplo
Como sucede con otros «viejos rockeros del software», a menudo el hecho de seguir usándolos responde precisamente a que cambiarlos puede resultar fatal porque una vez los sistemas están funcionando, actualizarlos a plataformas más modernas puede hacer que aparezcan conflictos de todo tipo.

En entornos de usuario final eso no es un problema, pero cuando esos sistemas son críticos y afectan a un grupo numeroso de personas poniendo en riesgo transacciones o incluso su seguridad personal, la cosa cambia mucho. Esa es la razón de que por ejemplo COBOL y FORTRAN sigan siendo muy usados en ámbitos como la banca, los seguros o los entornos científico-académicos.
Con Windows 95 pasa lo mismo: ciertamente habrá usuarios que lo utilicen para ejecutar sin problema viejos juegos y programas que de otro modo no funcionarían bien (o no funcionarían), pero su uso en algunos escenarios más críticos sigue siendo singular.
Un ex-empleado de Boeing contaba cómo Windows 95 seguía usándose en algunos equipos críticos para la fabricación de sus aviones (e incluso Windows 3.1 e IIRC en algunos casos), mientras que otro indicaba que también lo vio funcionando en un laboratorio con un microscopio de fuerza atómica: la persona encargada del laboratorio indicaba que se podría usar algo más recientemente, «pero sería muy caro cambiarlo y no compensa mientras el ordenador siga funcionando bien«.
Esa es realmente la clave. En sistemas aislados y que teóricamente no están expuestos a malware —Windows 95 dejó de tener soporte o parches de seguridad hace años— usar este sistema operativo es aceptable porque, simplemente, funciona bien.