En los últimos años, el estudio del cerebro humano ha avanzado considerablemente, antes se afirmaba que las neuronas de nuestro cerebro no se regeneraban, no se sabía la velocidad a la que se transmiten órdenes y pensamientos, ni si quiera se sabía que partes del cerebro humano controlaban ciertas funciones de nuestro cuerpo.
Ahora se sabe que las células se pueden regenerar y reproducir, e incluso que hay células que cumplen con más de una función, y hasta se pueden contrarrestar enfermedades relacionadas con la memoria.
Pero… ¿Te imaginas mejorar tus capacidades mentales a conciencia?
Esto puede ser posible gracias a la Optoelectrónica, la cual es la unión entre sistemas electrónicos y ópticos, de esta forma mediante el uso de estos sistemas se emiten pulsos de luz a partir de una corriente eléctrica.
Empleando la Optoelectrónica, Joonhee Lee y Arto Nurmikko, de la Universidad Brown en Providence (Rhode Island, Estados Unidos), lograron desarrollar un minúsculo chip que posee dieciséis “opto-electrodos” del tamaño de una aguja. Los opto-electrodos son pequeñísimas sondas capaces de suministrar pulsos de luz, estas sondas se insertan en el cerebro y aprovechan los pulsos eléctricos de las neuronas para generar pulsos luminosos.
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Los opto-electrodos permiten acoplar al dispositivo a microcircuitos neuronales compuestos por muchas neuronas, de esta manera se puede controlar la actividad de las células cerebrales usando pulsos de luz, actuando sobre distintos puntos de la corteza neuronal, logrando así, mejorar la actividad neuronal del cerebro humano, por ejemplo, se podrían potenciar o mejorar los sentidos de la vista y el tacto para empezar.
Esta no es la primera vez que se ha intentado mejorar nuestras capacidades neuronales, hace 10 años se utilizó el mismo procedimiento, pero no se obtuvieron resultados exitosos como ahora, debido a que los instrumentos en aquella época eran demasiado voluminosos como para ser implantados en el cerebro humano. Además el procedimiento implica alterar genéticamente las neuronas que se alojan alrededor de la sonda, para que al percibir un pulso de luz, las neuronas generen proteínas que promuevan o supriman la actividad neuronal de esas células en particular.
