Un despido puede ser un momento muy difícil de sobrellevar, algunas personas piensan que pronto hallarán un nuevo trabajo, pero algunas otras, como Steffan Needham, planean la venganza contra la empresa que los echo.
Steffan Needham, un hombre de 36 años de edad del distrito de Bury del Gran Manchester, fue sentenciado a dos años de cárcel luego de que fuera despedido por su rendimiento bajo en las últimas cuatro semanas.
La noticia como tal puede sonar extraña, ¿Por qué alguien seria encarcelado después de ser despedido? Después de que lo echaran, Needham robo las credenciales de un antiguo compañero y se conectó a las cuentas de AWS (Amazon Web Services) de la empresa y elimino un total de 23 servidores.
Durante el juicio, que duró 9 días, Needham se declaró no culpable de dos cargos contra Ley del Uso Indebido de Ordenadores, además de un cargo por acceso no autorizado a datos confidenciales y otro por modificación de los mismos, sin embargo, fue condenado en enero.
Según cuentan medios locales, el informático fue despedido luego de que tuviera un pésimo desempeño mensual en una empresa de marketing digital llamada Voova.
Al ser despedido, Needham utilizo las credenciales robadas de un antiguo colega para manipular la configuración de la cuenta de AWS y luego borrar los servidores.
El resultado fue catastrófico, Voova perdió varios contratos con empresas de transportes y tuvo pérdidas estimadas en los 580.000€, además de que los datos borrados no se pudieron recuperar.
Aunque el despido fue en el 2016, no fue hasta el siguiente año cuando se implicó a Needham en el delito, siendo arrestado en marzo de 2017, cuando ya se encontraba trabajando para otra empresa.
Durante el juicio, el CEO de Voova, Mark Bond, admitió que la empresa pudo haber implementado más seguridad en los servidores y cuentas, por ejemplo, activar la autentificación de doble factor, lo que haría que una suplantación de identidad fuera casi imposible, además, pudo haber borrado las cuentas de sus antiguos trabajadores para que nadie fuera de la empresa tuviera acceso.
Fuente: Policía británica del Valle de Támesis