[dropcap]D[/dropcap]urante toda nuestra historia, los humanos hemos encontrado siempre la manera de martirizarnos y destruirnos los unos a los otros, valiéndonos de cualquier creencia en combinación con ignorancia, y en la Edad Media brillamos por nuestra barbarie, al crear y utilizar los más monstruosos instrumentos de tortura.
Hoy en Azul Web te traemos algunos de ellos y algunos datos que tal vez no conocías de esta sangrienta época.
La Pera.
Este instrumento era utilizado en aquellas épocas para torturar a brujas, herejes, mentirosos y homosexuales. El artefacto consta de tres o cuatro hojas de metal que estando cerradas tomaban forma de la fruta, de ahí recibe su nombre. Las hojas se abrían al girar un tornillo, con cada vuelta se expandían más y más. La Pera se introducía en la boca, la vagina o el ano y desgarraba y molía a sus víctimas que en ocasiones las tenían en más de un orificio.
La Trituradora de Cabezas.
La Trituradora de Cabezas era utilizada para obtener confesiones. El artefacto consta en la parte superior de un tornillo que está sujeto a una barra de metal cóncava para detener la cabeza; en la parte inferior tiene otra barra de metal plana contra la que se apoyaba el mentón de la víctima. El torturador giraba el tornillo lo que hacía que la cabeza se fuera aplastando contra la barra inferior comprimiéndola lentamente. Primero se rompían los dientes, seguidos de la mandíbula, causando la muerte de manera muy lenta. Éste instrumento causaba dolores verdaderamente insoportables y la tortura podía durar muchísimo tiempo.
La cuna de judas
De los instrumentos de tortura este aunque menos complejo que los anteriores es igual de brutal. Consistía en una pirámide que podía ser de madera o metal donde sentaban a la víctima que estaba asegurada con un aro de metal, totalmente desnuda para añadir la humillación a la experiencia, acomodando la punta de la pirámide en el ano o vagina. Posteriormente se añadía peso a las piernas del torturado provocando así que su cuerpo se hundiera poco a poco en la pirámide. Las personas podían pasar días sentados en este artefacto.
La Sierra.
Esta forma de tortura consta de solamente una barra en lo alto y una enorme sierra para dos personas. El desafortunado era colgado desnudo/a a la barra superior de los tobillos, y entonces los verdugos, uno de cada lado de la víctima empezaban a serruchar. Con el torturado de cabeza la sangre se mantenía un poco más en el cuerpo por lo que se mantenía consciente por más tiempo. La mayoría de las personas solo eran cortadas hasta el abdomen para prolongar el tiempo que tardaban en morir.
La Dama de Hierro.
También conocida como Doncella de Hierro fue tal vez de los instrumentos de tortura el más popular y uno de los más escalofriantes. Consiste en lo que se podría llamar una gran caja de hierro con rostro de mujer, muy parecida a un sarcófago, con un fondo y dos puertas frontales. Se colocaba de manera vertical, en su interior se encontraban grandes y filosas púas que atravesaban a la víctima que era colocada dentro muy fácilmente. Cuando las puertas se cerraban más púas penetraban el cuerpo del condenado. Cabe mencionar que cada púa que en el sarcófago se encontraba estaba colocada de manera intencional para que se clavara en zonas no letales del cuerpo, así la muerte no sería rápida. La víctima se dejaba encerrada a que se desangrara lentamente y muriera.
El Toro de Falaris.
Puedo decir que de todos los instrumentos, éste para mí es el más aterrador. El Toro de Falaris a primera vista parece una simple escultura de hierro con forma de toro, pero al observarlo se puede ver una puerta en el costado del animal. La figura tenía el tamaño para encerrar de forma muy incómoda a una persona. Una vez el condenado era encerrado, se procedía a encender una gran hoguera debajo de la figura para empezar a cocerlo en vida. El hierro se enrojecía por las altas temperaturas que alcanzaba, por los orificios nasales salía el humo de su interior y a algunos les era colocado una especie de cuerno en la garganta para que los gritos de la persona que era derretida dentro al salir de la boca de la bestia sonaran como el bramido de un toro.
Otros datos curiosos.
- Los verdugos en sus inicios no eran encapuchados, pero como las ejecuciones eran públicas provocaban que las personas los repudiaran y les temieran afectando su vida en las comunidades. Por eso se opto por cubrirles el rostro.
- Una vez acusado no tenías escapatoria. Si bien existían castigos menores para pequeñas ofensas, cuando eras acusado de algún delito “grave” al mismo tiempo eras condenado a muerte. La diferencia radicaba en que tan pronto confesabas. Si confesabas pronto, la tortura se detenía y eras asesinado “piadosamente”, pero si no aceptabas los cargos eras torturado hasta la muerte.
- Diferencia de clases sociales. No por ser rico tenías probabilidades de sobrevivir a las acusaciones, pero sí tenías mejores condiciones de muerte. A los ricos se les reservaban las muertes rápidas y no se les hacían ejecuciones públicas en la mayoría de los casos.
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